Una, no tan breve, historia sobre tolerancia


Por: Carlos Andrés Naranjo Sierra
Me he tomado el atrevimiento de partir de una historia personal ya que fue algo que comenzó con un chiste que realicé en mis redes sociales personales. Fue sobre la eliminación de Colombia del Mundial y luego la convertimos en una pequeña historia para la fan page de COMELIBROS, como muestra de la intolerancia y la polarización política que vivimos en Colombia.

«Que Petro manda a decir que hubiéramos ganado en la Colombia Humana» decía mi chascarrillo. Un par de amigas se sintieron indignadas con este comentario humorístico y respondieron en consecuencia. Una de ellas, lo transformó en un ataque personal hacia de modo que decidí no discutir con ella y eliminarla de Facebook ¿Demasiado radical? A lo mejor, pero creo que es una potestad válida para detener el agravio. Aquí el hilo completo:

Pero la cosa no paró allí pues esta chica, de la cual no mencionaré su nombre, se fue a buscarme en otro de mis perfiles para descalificarme de nuevo a mi, y no a mi argumento, con un comentario en una foto que hablaba sobre el amor, y que encabeza este artículo. Luego de eso procedió a bloquearme. Tiraba la piedra y escondía la mano.

Este tipo de ataques en lógica se llaman Ad hominem. Es decir, se ataca al emisor de la idea para lesionarlo y descalificarlo moralmente. De este modo no se afirma que alguien hizo algo malo sino que es malo de por sí. Confundiendo así el hacer con el ser para llevar la discusión a un terreno donde la descalificación personal le impida al otro continuar con la argumentación. Una clara muestra de personalización.

Nos pareció entonces en COMELIBROS que la historia entrañaba el tema de la tolerancia, el amor y el humor, para estos días de celebración de la diversidad sexual y publicamos una breve historia al respecto. No mencionamos su nombre, pero la etiquetamos de modo que viera que no era una nota escondida ni subrepticia. Así podía desetiquetarse luego como en efecto lo hizo. ¿La respuesta? Una queja por bullying para, a pie juntillas, hacer ella lo mismo por lo que se quejaba. Se victimizó con sus amigos dirigiéndolos a atacarnos en nuestra fan page de COMELIBROS.

Aquí un par de estas publicaciones de sus amigos que me acusaban de uribista (supongo que el máximo insulto que tenían en su repertorio), rastrero, infantil e indigno. Los atendí en la red hasta donde me dió la paciencia y les regalé un par de consejos de ortografía para que no desaprovecharan de tal manera su presencia en nuestra aldea literaria, siguiendo así el ejemplo de nuestro amigo Héctor Abad con sus contradictores poco letrados (Para ver la publicación completa puede hacer clic aquí).

Pero lo más importante para aclarar consiste en que me cuentan que esta chica, innombrable aquí, ha comenzado a decir que soy un uribista (también supongo que hacer chistes sobre Petro te convierte a uno automáticamente) que le pidió regalar su trabajo para hacer una ilustración. ¡¿Qué?! Sí, que ella autodenominada pacifista y socialista tiene conciencia de que las fundaciones de animales viven de la solidaridad y las donaciones y por eso atendió el cruel llamado de este vil explotador.

Tuve que pensar a qué se refería pues yo también soy ilustrador y jamás haría algo así. Creo que se trata de una convocatoria abierta y voluntaria que hicimos en DOCTOR PULGAS para que algunos ilustradores donaran un diseño para nuestras Postales Salvavidas, con las que ayudamos a perros y gatos abandonados o en dificultade. Es claro que no fue una solicitud particular como pretende hacerlo ver y, dicho sea de paso, esta mujer nunca realizó donación alguna, ni económica ni en especie, para éste o cualquiera de nuestros proyectos literarios o animalistas.

Aquí termina de momento esta historia, no tan breve. Gracias por leer.