Ciudad, Igualdad, Felicidad, el nuevo libro de Enrique Peñalosa

El exalcalde de Bogotá presenta en este libro sus ideas sobre lo que debe ser una ciudad que nos iguale en felicidad, a través del espacio público. Para Peñalosa, las ciudades se constituyen en el punto neurálgico de redistribución de la riqueza de la sociedad, ya que las utopías socialistas −en las que creía cuando era joven−, le demostraron que no era posible generar esa igualdad a través de sistemas económicos centralizados pues generan altas ineficiencias y unas castas políticas privilegiadas que aprovechan injustamente para sí, los discursos de igualdad que dicen defender.

Ciudad, Igualdad, Felicidad, es un libro sobre urbanismo que toca y pone ejemplos de la alcaldía de Bogotá de Enrique Peñalosa pero que no versa sobre ésta. Antes bien, propone un modelo que pueda adaptarse a las distintas ciudades y sus habitantes, desde Asia hasta África, desde Amsterdam hasta Bogotá. Pasando por la economía de Mercado, las políticas publicas, los bancos de tierras, la movilidad y los parques, Enrique Peñalosa desarrolla a profundidad cada uno de estos temas en este libro que se constituye en una guía imprescindible para cualquier persona que quiera conocer y aprender de urbanismo.

El nuevo libro de Enrique Peñalosa es además una reflexión sobre las formas de vivir que queremos para todos. También nos recuerda que el crecimiento demográfico y la transformación de las poblaciones nos plantean nuevos retos que en nuestro país debemos asumir, priorizando las condiciones del mundo contemporáneo, «en Colombia es más necesaria una reforma urbana, que una reforma agraria», afirma. En definitiva un personaje que nos ha puesto a pensar en el impacto en nuestras vidas del diseño de las ciudades donde vivimos, y cuya entrevista completa en COMELIBROS presentamos a continuación:

Lanzamiento de la novela Casi de piedra de Ana Cristina Vélez Caicedo

Ana Cristina Vélez pasó de las artes plásticas a la escritura, como ella misma dice, porque la escritura se parece más a ella. Organizada, metódica, tratando de disminuir la incertidumbre en un mundo plagado de lo incierto, se lanza cada vez en una nueva aventura tan pronto se encuentra frente al teclado de su computador. Además su relación con hombres y mujeres de la intelectualidad colombiana, como su padre Antonio Vélez, o mundial, como su amigo Steven Pinker, la han llevado por los corredores de la ciencia, el arte y la cultura que ahora confluyen en su trabajo como escritora.

Esta vez presenta su nueva novela Casi de piedra para conectarla con la historia de Teresa en su anterior trabajo llamado Amor en la nube. Casi de piedra sucede en la Medellín del siglo XXI, los amantes son una profesora de Geología y un pintor medianamente exitoso, ambos en la madurez de sus vidas, y los momentos de la relación romántica se resuelven al mismo tiempo con elegancia e intensidad: del enamoramiento a la pasión desbordada, del compartir la vida cotidiana al tedio “casi de piedra”, de la amargura de alguna infidelidad a la ruptura inevitable. Al final el amor por la ciencia y la razón darán la clave para seguir adelante.

A continuación la entrevista realizada a la autora por Linda Bustamante y Carlos Andrés Naranjo para el programa A Pleno Día:

Amor en la nube o la búsqueda de pareja por internet

Teresa es una mujer de 36 años que decide buscar marido por internet, es la historia que cuenta la novela Amor en la nube, de la escritora y divulgadora científica Ana Cristina Vélez Caicedo quien estuvo conversando con nosotros en COMELIBROS sobre su creación y, de paso, sobre las implicaciones de buscar pareja a través de internet.

Páginas web o aplicaciones móviles como Tinder, Happn o Bumble han modificado radicalmente la forma en que podemos buscar pareja en la actualidad que a pesar de mantener cierto pudor en nuestra sociedad, han ya posibilitado buena parte de la migración social entre clases sociales en países como Estados Unidos. ¿Cuáles son sus ventajas? ¿Cuáles sus desventajas?

Aprovechamos y hablamos un poco de psicología y evolución del emparejamiento, aderezado con las historias de Teresa en Amor en la nube, editado por la Editorial de la Universidad de Antioquia y de venta en la librería de la misma universidad o en versión digital a través de Amazon.

La lucha histórica de las mujeres en la escritura

Por: Irene María de Sousa
Este 8 de marzo se conmemora otro Día Internacional de la Mujer y he querido recordar a las escritoras, las mujeres que desde tiempos inmemoriales han luchado por tener una voz dentro de las distintas sociedades del mundo enfrentándose muchas veces al ventajismo y a la imposibilidad de darse a conocer.

Virginia Woolf aseguraba que en la historia “Anónimo” era una mujer, y exhortaba a escribir con libertad, puesto que durante muchos años se nos fue prohibido. No por nada Woolf hacía tal aseveración, las hermanas Brontë empezaron a escribir utilizando nombres masculinos por miedo a que fueran descubiertas y puestas en ridículo por tal “osadía”, pero quizá la historia de las talentosas hermanas haya sido sencilla en comparación a la de otras escritoras que fueron silenciadas por sus propios esposos, quienes se apoderaron de su éxito durante bastante tiempo.

Tal es el caso de la también británica Mary Shelley, la autora del famoso personaje de ficción “Frankenstein”, su esposo se habría quedado de buena gana con los créditos de la obra hasta que ella exigió el reconocimiento de su autoría, aun sabiendo que eso podría acabar con su relación. Otros caso más dramático lo protagonizó la escritora francesa Sidonie-Gabrielle Colette, quien era encerrada por su esposo durante horas para que escribiera con mayor rapidez. El cónyuge, un importante hombre de negocios, fue reconocido por mucho tiempo como el reconocido autor de “Claudine” y saltó a la fama, relegando a la sombra a la verdadera creadora. Más tarde, Colette pudo comprobar su autoría, gracias a que recuperó sus escritos de puño y letra.

Pero las escritoras desde otrora hasta la actualidad, no sólo se han enfrentado al ventajismo de hombres que han querido robar su trabajo, sino que también han vivido el anonimato a causa de la poca o nula promoción de sus trabajos. Algunas obras de mujeres célebres han sido desconocidas por la mayoría de la gente, tal es el caso de Lou Andreas Salomé, la escritora rusa que deslumbró al reconocido filósofo Friedrich Nietzsche y trabajó cerca de grandes figuras como Sigmund Freud y Rainer Maria Rilke.

A pesar de que escribió varios libros con contenido filosófico y psicoanalítico como “En la lucha por Dios”, “Ruth” o su autobiografía “Mirada retrospectiva”, la difusión de estas obras sigue siendo escasa. Es complejo conseguir su trabajo en español, y el caso de Lou es sólo uno de muchos. Históricamente, para las mujeres ha sido más difícil darse a conocer por sus obras y recibir el respeto necesario, algo que indudablemente ha detenido a las que no se han sentido capaces de escribir por miedo a no ser reconocidas, a no poder vivir de ello, y mucho menos a obtener como diría Virginia Woolf, “una habitación propia” en la cual dedicarse de lleno al oficio de escribir.

En estos tiempos, especialmente en América Latina, sigue habiendo muy pocas mujeres dedicadas a la escritura, las razones pueden ser evidentes: menos cultura, machismo y falta de recursos. El objetivo para cambiar esta realidad debería ser lograr que la escritura creativa sea una asignatura necesaria, aprovechar el internet en algunos países donde existe una gran brecha económica y los libros resultan muy costosos para las mayorías, o crear más políticas educativas donde exista acceso a las obras, y que los padres y educadores sean capaces de reconocer en las niñas el potencial para escribir y las inviten a perseguir sus sueños, así como con frecuencia son invitadas a participar en concursos de belleza.

Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, es inevitable recordar a todas las mujeres silenciadas, porque al fin y al cabo, esta es una fecha que tiene su origen en el atroz silencio al que fueron sumidas las 129 mujeres que murieron en un incendio en la fábrica Cotton de Nueva York, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo.